De todos los que me conocen es bien sabido que no tengo buena imagen de nuestros políticos. Veo a rasgos generales, que ni uno ni otro tienen grandes proyectos, grandes ideas, ganas de trabajar por el bien de la comunidad/ciudad y en todos veo ganas de embolsarse lo que no es suyo. Puedo equivocarme, pero como el opinar me lo permite, lo hago.
De entre toda la fauna de "politiquillos" como los llamo yo, destacan los "voceras". El diccionario de la lengua, no sé porqué, lo escribe con B... pero también lo acepta con V. Así que me quedaré con la V, por eso de que así había empezado.
El diccionario nos da dos significados:
1. com. Bocaza, hablador, jactancioso.
En esta definición, entran perfectamente los representantes del PP. Últimamente, su política está llena de gritos, de hablar, hablar y hablar... y presumen de saber todo... sobretodo el estado en el que se encuentra el Puente de Piedra. Según dicen, es un BIC, con lo cual, cualquier alteración no está permitida... si no me falla la memoria, fue en tiempos del PP, cuando se CEMENTÓ toda la superficie del mismo, para evitar que las baldosas que hasta entonces había, se rompiesen con el paso de los autobuses y demás vehículos... Moraleja. Cementar es bueno, canalizar es malo.
2. com. Persona despreciable. Aquí no entran solamente los representantes del PP, sino que también lo hacen los del PSOE, PAR, CHA y los menos voceras, pero no por ello más prestigiosos, los de IU. Y ¿porqué digo que son despreciables? Pues porque en estos momentos en los que necesitamos salir adelante, avanzar todos a una, y demostrar al resto de España, y claro está, al resto del mundo, vemos como unos y otros, empiezan a sacar las cosas de quicio para defender o atacar al gobierno. Cierto que el papel de la oposición es sacar a la luz las cosas que el resto de ciudadanos no nos enteramos, pero... el hacer que obras se paralicen, el que la ciudad no avance, y el buscar las cosquillas a todo proyecto, hace de nuestros políticos, personas non gratas.
Las elecciones han pasado, y desgraciadamente el mínimo cambio que ha habido en las instituciones no ha mejorado la situación. Necesitamos, una renovación total, no sólo de personas, sino de ideas, y así hacer de la política, algo que esté más cerca de la ciudadanía.
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