SAN JUAN DE LA PEÑA : LA VERGÜENZA NAZIONAL

Hace unas semanas, San Juan de La Peña abrió las puertas del monasterio Alto, donde se aloja el centro de interpretación (¿por qué ya no se les llama museos?) del monasterio, y el Reino de Aragón. La idea que se había presentado me gustó y me llenó de alegría que POR FIN, dicho monasterio adquiriera la importancia que debía, al dormir allí (eso nos dicen y me quiero creer) nuestros primeros Reyes.

Y ahora explico lo de la vergüenza nazional. Todo empieza porque uno es madrugador y le gusta aprovechar el día, haciendo las visitas cuando menos gente hay. Llegué al monasterio sobre las 9.40 AM pensando, pardillo de mi, que estaría abierto. No sé porqué, no caí en que las 10 es la hora en la que abren la mayoría de centro de interpretación, antiguamente, museos. Claro está, que esta información la tiene que llevar uno en la mente, pues en monasterio CARECE DE CARTELES INFORMATIVOS. Eso sí, sabemos quien hizo la obra... que ese cartel sí que estaba bien presente.

Esperando, también había una pareja de andaluces a los que se le advirtió que fueran temprano a ver dicho monasterio (o ermita vieja como la llamaron ellos) pronto, ya que más tarde había demasiada gente. A las 9.59 apareció el microbús que hace el recorrido entre el monasterio alto y bajo. Entonces se empezaron a repartir los diferentes trabajadores por las salas a las que están asignados. A las 10.00 se abrieron las puertas, pero nada estaba preparado.

Las señoritas que vendían los billetes nos comunicaron que la mejor forma de ver el museo era ver el vídeo del Reino de Aragón (que nos iba a gustar mucho), después bajar al monasterio viejo, y luego volver a subir para ver el resto de la muestra. "Es solo como les aconsejo hacerlo...". Pues nada, después de pagar los 10 Euros de la entrada, nos vamos al vídeo... y estaba cerrado. Las 10.15 y según nos dijeron, estaban preparándolo. Ante la falta de información, les dice a las señoritas que faltaban carteles de horario de apertura y demás, a lo que me contestaron "Hay que venir informado. En Jaca están claramente señalizados los horarios"... ¿Y si uno no viene de Jaca? En fin... La respuesta no fue la más correcta, pero ¿qué se puede esperar de esta gente?

Hartos de esperar, decidimos montarnos en el primer microbús y bajar al monasterio bajo. Después de unos minutos de espera (otra) llegó la guía del monasterio, que de bajada no hacía más que comentarle al conductor lo cansada que estaba y la necesidad imperiosa que tenía de almorzar... A mi jefe le podía ir yo diciendo eso nada más empezar.

Entre una cosa y otra, nos bajamos del micro a las 10.25 para que un chico nos preguntara si queríamos visita guiada. Le dijimos, como es natural, que sí, y desapareció. Al rato volvió y nos dijo que a las 10.50 sería la visita a lo que todos los presentes, cansados de esperar la apertura del mismo, nos revelamos. El chico, acorralado, optó por comentarnos que si queríamos, podíamos incorporarnos a una visita que había empezado hacía poco. "¿Si somos los primeros en bajar, como es posible que haya una visita ya?" le preguntamos malhumorados. El dijo que habían venido en autobús, y que los autobuses paran abajo, con lo que estos ya habían comprado las entradas en la caseta de abajo... Enfuriados nos metimos al monasterio, "acomplándonos" a la visita ya empezada. Las explicaciones fueron buenas, y las guías (esta y la que tenía que almorzar) nos dieron buenas explicaciones. Al terminar la visita, quisimos reengancharnos con la primera parte que no habíamos visto, y fue cuando nos unimos a la que necesitaba almorzar. Al llegar a la parte que ya habíamos escuchado, decidimos salir. Obviamente, el microbús no estaba allí esperándonos... y tuvimos que esperar de nuevo. Al rato, cuando la visita estaba llegando a su fin para los que todavía estaban dentro del monasterio, el micro vino, nos recogió y se fue, sin esperar a los que hacían la visita... Para ellos, otra espera.

Al llegar de nuevo al monasterio alto, el vídeo seguía cerrado con lo que decidimos ir a ver la historia del museo. Una muestra interesante, bien presentada, algo que felicitar. Al terminar, visita a la cafetería, pero opté por adelantarme al vídeo, no fuera que estuviera abierto, como así fue. Así que mis acompañantes se quedaron sin café, y nos metimos en la antigua iglesia, que era la zona de proyección. Un espacio diáfano, sin sillas, ideal para los críos, pero incómodo para la gente mayor. La espera parecía larga, y nadie informaba de nada. Así que una acompañante mía salió a fumarse un cigarrillo mientras esperaba. Los billetes los tenía yo, error, pues cada uno deberíamos haberlo llevado, pero al ver que salía, se podría suponer que necesitaría volver a entrar. Pero no, se le denegó la entrada.

Los vídeos fueron interesantes, ideados para críos en su presentación, ya que no hacíamos más que arrastrarnos por el suelo a oscuras para llegar a ver cada una de las paredes que era donde se proyectaba el reportaje.

La segunda parte del vídeo fue más agradable, pues había una zona con sillas, sobre una plataforma giratoria que evitaba el trasiego de unos y otros a oscuras. Y yo me pregunto... estando esta plataforma,... ¿no hubiera sido mejor el hacerlo todo en esa parte?

Al terminar la visita, me quedé algo decepcionado en cuanto a lo que teníamos que mostrar al mundo de la Corona de Aragón. El tema del Agua estuvo bien explotado... El documental de 37 minutos es interesante y bien planteado, pero lo que no está bien planteado es el como verlo.

Al salir del mismo, fuimos a poner una queja, pues todos coincidimos en que la organización del movimiento entre centros no estaba del todo acertado, y la pérdida de tiempo era increíble. La gente alrededor, pensaba por un estilo. Al pedir la hoja de reclamaciones, no disponían de ella, y nos indicaron que teníamos que formular nuestras quejas en la oficina de Jaca (¡Y dale con Jaca!).

Una pena que una joya de nuestra historia y nuestro patrimonio, después de haberse gastado tanto dinero en una exposición interesante, un documental bien hecho, y una restauración espléndida, (y renovación del firme de acceso, que también es de agradecer) lo que quede detrás sea una clara idea de tomadura de pelo y de desorganización que quiten las ganas al visitante de volver. No me gustara la idea de que dicha joya de nuestro patrimonio quede como... la Vergüenza Nazional.