sábado, junio 14, 2008

NUEVA LÍNEA TURÍSTICA... PARA AVENTUREROS

El Gobierno de Aragón junto a EXPOAGUA, inauguró hace unos días la nueva ruta del Ebro, conocido como el Camino Natural La Alfranca, desde el Azud (en las Fuentes) hasta La Alfranca. Para hacer dicho camino más atractivo, ha dispuesto de un servicio de trenecitos que hacen que esos casi 16 kms, se puedan recorrer en poco más de una hora.
Los trenecitos, los han traído de las Islas Baleares, como indican sus matrículas (en el otro aun pone PM en vez de IB...). Son vehículos viejos, pero los remolques, aun son peores. Los asientos son rígidos que hacen que el recorrido, aun en buenas condiciones, pero no falto de innumerables baches, sea una verdadera tortura.
El viaje, de todas formas, es agradable. Te da ocasión de comprobar el "garrulismo" en el que vivimos, ya que los minúsculos vagones, y los estrechos asientos, hacen que uno esté encima del otro. Los comentarios son de lo más "interesantes". La depuradora de la Cartuja, pasa a ser la Saica. Pastriz pasa a ser El Burgo de Ebro, ...
La verdad que el paso del trenecito por lugares de interés, debería aprovecharse. No es un transporte de ganado. Ha faltado explicaciones del entorno por el que pasábamos. Creo que todos lo hubiéramos agradecido, además de mantener la atención en el entorno, y no en cuantas bicis iban por el camino, o que tal o cual puente iba bien, pero que había habido problemas durante las obras. También los ha habido que se han aventurado a decir que el maiz era trigo o alfalfa... pero los mayores, de origen rural, los han puesto en su sitio.
Además de la naturaleza que hemos disfrutado, una de las joyas arquitectónicas del camino es la pasarela del Bicentenario, a la altura de la Cartuja. Sin duda alguna, dicha estructura no pasa desapercibida ni le faltan comentarios alabándola.
A partir de aquí, queda otro tanto de lo que hemos hecho. Pasamos por la ganadería de D RAFAEL ALARCON SANCHEZ, con gran cantidad de reses.
También pequeños huertos, y picaderos, así como granjas, que demuestran que el entorno del río ya no es tan salvaje como en la margen Derecha, donde el Soto de Cantalobos, silencioso, se mantiene intacto.

Al llegar a la Alfranca, me he bajado del tren. Pero parecía que había cruzado el Oeste de una película de Bud Spencer, ya que a cada paso que daba, el polvo que había acumulado en mi ropa a lo largo del viaje saltaba. No han faltado risas ante la situación.
Hemos contemplado el nuevo jardín de las Rocas, con el mirador sobre las diferentes estructuras rocosas, que imitando una formación típica de Stone Henge, salvando las distancias, claro está, muestran diferentes tipos de rocas propias de Aragón.
La idea es bonita. Ahora, no sé qué ha pasado con el observatorio ornitológico que había en la zona. No he podido preguntar, ya que no tenía demasiado tiempo.
También es imponente la casa donde vivió el General Palafox, así como un centro aledaño.
Y de vuelta al trenecito... A mascar más polvo durante una hora más...

Me parece una iniciativa muy interesante que debería quedarse en la zona permanentemente, (en época estival al menos).

1 comentario:

Daniel Andrés Rubia dijo...

Quizás uno de los grandes tapados de la Expo, sea la inversión efectuada en la mejora de nuestra visión de los ríos que atraviesan Zaragoza (incluido el Canal), aprovechando los galachos, pudiendo tener una visión cercana a la de hace 200 años por Palafox (reflejada en el libro de José Luis Corral), sin centro comerciales, zonas de copas y quad y motos destrozando el terreno.
Me cuentan que algún coche cruza la pasarela de madera del Ebro, ¿habrá que pedir un guardia para evitar tanta poca sensibilidad o tanto egoismo conciudadano? En fin, paciencia.