La ciudad está atascada. El tráfico es superior al que pueden soportar sus calles. Por eso, desde hace ya unos años, 1999, la ciudad dispone de un moderno tren elevado, Sky Train, que evita todo atasco. El servicio es frecuente y barato. Por eso, las dos líneas de que dispone, tienen una gran aceptación por los locales y foranos, que además, disfrutan de su potente aire acondicionado para soportar el húmedo calor de la capital tailandesa. Las dos líneas se juntan en SIAM, una estación de dos pisos (se evita así que los trenes de las diferentes líneas, tengan que cruzarse al mismo nivel) , que supone un gran trasiego de gente que cambia de una línea a otra. Es una pena que no se haya tenido en cuenta este cambio para que los trenes esperen a que los pasajeros de una línea puedan ir al de la otra sin tener que esperar al siguiente.
En la actualidad, está en construcción, la ampliación de la línea sur-este, que cruzará el río Chao Phraya, y unirá la otra margen con el centro de Bangkok. Actualmente, se cruza el río con ferry. Además, se está construyendo la tercera línea de SkyTrain, que conectará la ciudad con el aeropuerto internacional de Suvarnabhumi (toda una joya arquitectónica, todo sea dicho de paso. De hecho, me parece uno de los aeropuertos más bonitos arquitecturalmente hablando de los que he visitado) que se encuenta a 30 kms al este de la ciudad. También hubo un proyecto para construir otra línea al antiguo aeropuerto, ahora usado exclusivamente para vuelos domésticos. De hecho, aun se pueden ver los pilones que se construyeron. Pero la línea quedo aparcada, como otros tantos proyectos en el país. Según los propios tailandeses, la corrupción es tal que todo proyecto conlleva un retraso enorme, pues los fondos se acaban. Esto ocurrión con el aeropuerto nuevo, que llevaba un retraso de 40 años.Pero no siempre es posible usar el Sky Train o Metro para desplazarse. Las calles están atascadas con innumerables camiones, furgonetas y coches. A ellos, hay que añadir la infinidad de taxis, tuc-tucs y moto-taxis recorren sus calles. Mientras los taxis (de innumerables colores, pero todos claramente identificados como TAXI-METER) disponen de un taxímetro que regula las distancias según la tarifa acordada con el Ayuntamiento, los tuc-tucs van por libre.
En la foto de la izquierda, un TUC TUC aparcado en la acera... como si ésta fuera un aparcamiento legal... El nombre, para quienes no lo sepan, proviene del ruido de su motor, que todo sea dicho de paso, contamina bastante. "Turistada" o no, montarse en este tuc-tuc, es algo que no puede dejar de hacerse cuando se visite Bangkok, además de sufrir los nervios de saber sí ese coche que viene de frente se nos va a empotrar o no... Sea dicho de paso, que los semáforos, señales en general, líneas en la calzada, pasos de cebra en esta ciudad, son meros elementos decorativos... No se sufra cuando uno de estos endebles triciclos invada el carril contrario para adelantar a otro vehículo, aun cuando venga otro de frente... Todos ellos hablan el mismo lenguaje y no parece que haya mucho siniestro... Orientado más bien a los turistas, el precio ha de ser negociado y no faltan ofertas. Acostumbrado al orden occidental, estos triciclos son conducidos por temerarios locales que después de haber negociado el precio conducen a gran velocidad por las calles, sorteando los coches, peatones, atascos en general... Se meten por estrechas calles, con tal de adelantar unos cuantos coches. Curiosamente, tanto estos como los TAXI-METERs no cobran el tiempo que están parados en el atasco... Eso sí, al occidental que visite el país, le sorprenderá que viniendo del aeropuerto, le pidan que pague el peaje. Es una práctica totalmente normal. No olvidar llevarse la tarjeta del hotel escrita en Tailandés, para, en caso de necesidad, dársela al taxista, por si no sabe inglés, que va a ser... lo más normal.
Los autobuses, si así se pueden llamar, son verdaderas tartanas. Su precio aun es más ridículo que el del Sky Train. Los precios varían si los autobuses disponen de aire acondicionado o van con las ventanillas abiertas... Son varias compañías las que dan servicio, y según los locales, los horarios... no se cumplen, como tampoco las rutas, por lo que la espera puede prolongarse más de la cuenta. Afortunadamente, parece que ya se va invirtiendo en nuevos autobuses (creo que chinos) que se alejan un poco de los "dinosaurios" que quedan por toda la ciudad. A mi me sorprendieron estos microbuses verdes, bastante destartalados. Se ven modelos más nuevos, pero tampoco con muchas alegrías.
Pero quizás lo más desconocido para los visitantes de Bangkok, sea el transporte fluvial. En plan turístico tiene una oferta de lanchas con motor fuera borda que te llevan por los canales a alta velocidad. Algo recomendable. También la ciudad dispone de el canal Mahanak, paralelo a la línea de Sky Train de Sunkunvit, que no es muy conocido por los turistas, pero que bien merece la pena una viaje, eso sí, con la mente muy abierta, pues la pobreza que se ve es desmesurada y el olor del canal, pues también es bastante desagradable. La gente, no obstante, es muy amable. En la foto, se ve el barco que a una buena velocidad, recorre este canal, convirtiéndose en la forma más rápida de recorrer la ciudad desde Golden Mount hasta los confines de la ciudad en el Oeste. Como se puede ver, una rústica "cortina" tipo saco de patatas, protege a los pasajeros de las fétidas aguas del canal, que con el movimiento del barco, salpican al interior. Toda una experiencia.
La ciudad es segura y permite desplazarse por ella sin problemas... bueno, el único es hacerse entender. En el centro, hay puestos de información, que pueden ayudar a saber qué autobús hay que coger para ir a un lugar en concreto. Así que, sin miedo. A explorar, que hay mucho templo, mucho palacio y casas dignas de visita a las que no se puede acceder en SkyTrain.
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