Los pasajeros de autobús de ALSA en su línea Zaragoza - Madrid, parece que tienen el gafe encima. Si antesdeayer un autobús estuvo parado dos horas por la indisposición de una pasajera, ayer, otra pasajera también daba la voz de alarma y paralizó un autobús, según informa El Periódico de Aragón.
La odisea comenzó cuando una mujer que viajaba en el autobús comenzó a encontrarse mal, sobre las seis de la tarde, una hora después de la salida del convoy. El conductor decidió parar en una pequeña estación de servicio a altura de Morata de Jalón, en la A-2 para atender a la enferma.
La noticia se vuelve incoherente en el siguiente párrafo: Una ambulancia acudió en ayuda de la mujer afectada. Mientras esta recibía el diagnóstico que descartaba que su enfermedad era gripe A, un médico subió al autobús para explicar a los pasajeros que "probablemente" estaban infectados por el nuevo virus, lo que obligaba a activar un protocolo de prevención del contagio, que incluía el aislamiento y el reposo durante los tres días siguientes. ¿cómo pueden estar infectados de algo que el supuesto origen no tiene?
Parece ser que la falta de información reinó durante la parada hasta que por fin, después de una hora con el autobús parado, la falsa alarma se confirmó y la mujer afectada volvió al vehículo, gracias sobre todo a que manifestó su imperiosa necesidad de llegar a Madrid lo antes posible. Pero nada se dijo de forma oficial a los usuarios, lo que incrementó la incertidumbre entre los viajeros. Por si no estaban lo suficientemente preocupados, varios coches de la Policía Nacional escoltaron al autobús hasta su destino. Cuando los pasajeros ya veían cercano el fin del trayecto, sufrieron una nueva parada en la periferia de Madrid.
En esta ocasión, una médico subió al autobús con un mensaje de tranquilidad, algo difícil de creer, dado que el equipo sanitario que la acompañaba vestía con monos "que parecían de astronauta", según una pasajera. La sanitaria no retiró las recomendaciones de utilizar las mascarillas ni informó sobre el resultado del diagnóstico, que en teoría había dado negativo. Tan solo ofreció unas hojas informativas sobre la gripe A.
Una vez llegados a Madrid, los pasajeros marcharon cada uno por su cuenta sin ninguna indicación más y con la sensación de haber sido víctimas de un dispositivo descontrolado.
Desgraciadamente, la falta de información y la supuesta falta de control de la pandemia hace que casos como este, sean más perjudiciales que beneficiosos. Parece más un simulacro que otra cosa... En fin... ¿Qué será mañana?
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