La ciudad crece, y con ella la necesidad de urbanizar nuevas áreas. Parece que Zaragoza, ciudad de semáforos, va adoptando medidas de regulación de tráfico muy en boga en el resto de Europa.
Una rotonda, al fin y al cabo es una forma bastante buena de regular el tráfico, permitiendo el paso de unos, sin tener que esperar el permiso del semáforo... El sistema funciona bien en toda Europa... excepto en España. ¿Por qué? La respuesta es sencilla. La Rotonda en España no tiene la labor de regular el paso de los vehículos sino que es cuestión de moda. La entrada a la rotonda, normalmente, está precedida de un semáforo, que permite el paso de unos y otros. Por lo que la rotonda, no tiene que cumplir función alguna, y no es más que una vía, a la que no estamos acostumbrados y resolvemos como podemos (generalmente mal).
Los giros a la Izquierda, son los que se supone deberían ser mejor hacerlos por la rotonda... pero un carril de giro, como ha habido toda la vida, no tiene problemas. Además, no se ocupa tanto terreno para hacerlos. Los peatones, no tienen que rodear para continuar recto...
En Zaragoza, además, se agrava el tema con las MACRO ROTONDAS, véase Ciudadanía, Salida de Estación Delicias, Grande Covián, y la mayor de todas, la de Valle de Broto con Avda. Pirineos. Rotondas que además de las dimensiones suelen tener más carriles que las vías que las nutren. De dos carriles en Avda. Cataluña, por mencionar una, pasan a 4, sin indicaciones claras, o al menos, respetadas de qué carril sirve para qué. Es usual ver como se circula por ellas en línea más o menos recta, cuando las líneas divisorias son curvas, y gente que circula por el interior, en vez de girar, quiere seguir recto, algo que paso comúnmente en la de Avda. Pirineos.
La de la Plaza Mozart, merece mención especial. Se llega desde Santa Isabel por Avda. Cataluña (2 carriles) que se ensanchan a 3 en la parada del bus, para luego terminar en 4 con dos de giro a la derecha, uno de giro a la Izquierda y otro para seguir en la rotonda dirección Bº Jesús (el que no quiere buses, y prefiere el paso de camiones por las obras del balcón de San Lázaro).
El como no hay más choques, es pura casualidad.
La de la ciudadanía, tenía algo bueno (si es que pueden tenerlo) y es que para aquellos que daban la vuelta iban surgiendo los carriles a mano izquierda para quedarse dentro, y el exterior se moría en cada salida. Ahora, durante las obras, es una desgracia...
En fin, que la moda europea de las rotondas, se extiende por nuestros cruces, y claramente, no mejora la situación del tráfico, puesto que siguen necesitando semáforos para regular la circulación.
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