EL CENTRO DE REGULACIÓN Y CONTROL DEL AVE EN ZARAGOZA

Un interesante artículo de El Periódico de Aragón, en el que nos muestra los entresijos de lo que ocurre en el interior del centro de Regulación y Control del AVE, CRC en Zaragoza, que si no me equivoco, está ubicado en la antigua estación de Caminreal. Se ha convertido en centro de atracción mundial, pues ya han sido varios responsables internacionales los que han venido a comprobar las "delicias" de Delicias y el funcionamiento del AVE entre Madrid y Zaragoza.

Se trata del centro más moderno de España. Solo existen dos más, uno en Segovia (supongo que controlará la línea a Valladolid y sus extensiones en el futuro) y otro en Málaga (que hará lo mismo con la línea al Sur y ramificaciones). No obstante, es Zaragoza la que controla el mayor número de kilómetros, más de 600, que se ampliarán a 800 cuando la línea se extienda a Figueras y la Frontera Francesa.

La plataforma Da Vinci, patente propiedad de ADIF, consiste en un sistema que integra "aplicaciones dedicadas a la detección de objetos en la vía, de la temperatura de ruedas y frenos, la información a los viajeros o el contacto telefónico con los maquinistas", entre otras novedades, aunque su mayor ventaja es que "permite que un solo operador del centro pueda controlar y manejarlas desde un único puesto y un ordenador".

Cuenta con el Gestor de Supervisión de la Circulación, "un eje de coordenadas en el que se marca el espacio y el tiempo y dice en todo momento por dónde pasa un tren y a qué hora". (...) Además, el CRC de Zaragoza también se puede ver, en grandes paneles y con un recorrido luminoso que representa toda la línea, cómo un AVE avanza hacia su destino.

Al margen de las indicaciones técnicas que les informan hasta de si avanza en hora o con retraso, se puede detectar rápidamente su posición y ver cómo avanza tramo a tramo con una sencilla leyenda compuesta por tres colores: el rojo, para cuando está pasando el tren; el amarillo, para cuando va a pasar; y el verde, cuando la vía está vacía. El AVE, curiosamente, está representado por un icono que recuerda a la cabeza del modelo Talgo 350, el popular pato.

Junto a él aparece el número de tren, compuesto por cuatro dígitos que tienen su significado. En el caso de la línea Madrid-Barcelona, el primer número siempre es el 3, que se refiere a la línea (en la de Sevilla, por ejemplo, es el 2); los dos siguientes se refieren a la hora de salida; y el cuarto y último solo puede ser un 1 o un 3, dependiendo si se trata de un tren directo o con paradas intermedias, respectivamente.

El control del tráfico de alta velocidad en esta línea se hace con solo siete personas en cada uno de los tres turnos diarios. Cinco de ellos son operadores y dos supervisores que se ocupan además del telemando de energía (en la catenaria o edificios, por ejemplo) y el de comunicaciones (redes de fibra óptica). En principio cada operador se encarga de un tramo concreto y los 600 kilómetros de línea se dividen en cuatro: Madrid-Calatayud, Calatayud-Zaragoza-Ballobar, Ballobar-Tarragona y Tarragona-Barcelona. Aunque podrían intercambiarse en cualquier punto del tramo o incluso seguirlo desde un ordenador portátil a miles de kilómetros de Zaragoza, gracias a internet.

(...) Zaragoza brinda con este centro la posibilidad de controlar en el futuro el corredor Cantábrico-Mediterráneo o hasta la Y vasca si Fomento se lo plantea. "Este centro es perfectamente capaz de asumir estas líneas", aseveran ambos responsables de Adif. Oportunidades de futuro, que habrá que estar al tanto desde el Gobierno de Aragón, para presionar y que este centro se convierta, aun más en referente nacional e internacional.

Un detalle poco conocido es que la línea cuenta con 650 cámaras de vigilancia, más que kilómetros hay en servicio. Controlan los tramos anteriores y posteriores a los 250 pasos superiores que encuentra el tren a su paso y cuentan con un zoom capaz de enfocar la marca de una cajetilla de tabaco apoyada en una traviesa de la vía. Es una toma de contacto visual instantánea ante un aviso del sistema por una posible incidencia, que no tiene por qué ser grave.

Mucha información interesante, que posiblemente, muchos desconociéramos.