Todos tenemos derechos... y no hay duda de ello, pero a veces, somos los primeros en incumplir nuestras obligaciones.
Publica Heraldo un artículo de un defensor de una causa perdida, que además, quiere ir de héroe. El caso ocurrió el pasado 24 de enero y comenzaron en la parada de Salvador Allende, frente a la calle Juslibol. Carlos de Marco llegó a las nueve en punto y tres cuartos de hora después todos los que allí aguardaban vieron como un autobús pasaba de largo. De Marco se puso delante para que se parara, pero tuvo que retirarse de la calzada. "A los dos minutos, llegó otro 29 que sí paró y a cuyo conductor comuniqué que no iba a pagar", relató en su día el ciudadano. ¿Es esto lo que queremos enseñar a nuestros hijos? ¿Es un ejemplo a seguir?
Se pueden hacer todas las quejas que se quieran, pero sin perder el derecho a las mismas, que es incumpliendo las obligaciones. También es cierto, que el sistema de queja no resuelve los problemas. Si hay suerte, mucha suerte, se obtiene una carta estándar de TUZSA, donde se excusa por las incidencias y promete investigar el hecho para solventarlo... Y yo voy y me lo creo.
Los autobuses de TUZSA llevan retrasos y no sólo ahora. Hay líneas que van mal y otras peor. Y el Ayuntamiento lo sabe. Pero una cosa no le da derecho a uno a incumplir con la obligación del pago del billete. ¿O acaso estaría bien también llevarse un producto de una tienda porque lo hubieran subido por encima de lo normal?
En esta tierra creemos ir de Robin Hoods por la vida, cuando realmente, lo único que hacemos, son quijotadas.
4 comentarios:
tu extracto de la noticia es sesgado. La historia no se acaba donde tu la has cortado. El personaje en cuestión no dice que no va a pagar xq no le sale de sus reales ganas sino xq si la empresa, TUZSA, no cumple con sus obligaciones, él no tiene que pagar por unos servicios q no reunen los requisitos mínimos de explotación. Aunque no es que sea muy cívico el argumento tampoco se puede tachar de "butade" de un ciudadano cabreado...tiene su lógica y este tipo de planteamientos ya se han utilizado en otros lugares, vamos que el argumento de original no tiene nada.
Un saludo y enhorabuena por el blog. Pablo Meteoro.
Gracias Pablo por tu comentario y apoyo. Siempre se agradece que participéis en este blog.
Efectivamente, el artículo era más largo. No obstante, lo que no me parece bien de este señor es que, aun llegando tarde el autobús, él usa el servicio y no busca otra solución. Es decir, usa un servicio por la cara. El no pagar, bajo mi punto de vista, es echarle morro. Ciertamente, la compañía no cumple con un horario, pero eso, no es razón para no pagar. Simplemente estaba dando mi opinión sobre esta forma de protestar.
Lo vería mal si se tratara de un servicio privado, pero me parece muy bien lo que ha hecho este señor al tratarse de un servicio público.
Lo que ha hecho es una genialidad que deberíamos hacer todos cada vez que TUZSA abuse de nosotros. Dejar completamente en evidencia a la empresa a cambio de una multa de 6 míseros euros (la mitad de un viaje en taxi) ha merecido la pena, ¿no creeis?
A mí lo que me sorprende es que se le dé tanta importancia a una noticia anecdótica de un señor que que toma una decisión más que discutible ante un problema que le surge. Estoy con Chus en que su derecho es pagar y a la vez reclamar.
Parece un país de gente que exige sólo derechos y no asume obligaciones.
Nos parece normal aparcar en doble fila en una zona de la ORA, el buen ciudadano que paga su tiquet se encuentra encerrado y el listo que aparca mal y no paga, encima no puede ser sancionado porque al controlador no se le da autoridad para levantar sanción por ese hecho, porque sería un abuso de autoridad.
Hoy viene la noticia de que se ha incrementado la recaudación de multas: es porque el ayuntamiento es represor, cosa que dudo, o es que la gente cada vez es más descarada en sus infracciones, más factible.
No puedo tirar un papel en mi casa, pero sí en la calle porque es de todos.
Me sorprende que se pueda no pagar si es un bien público y, en cambio, no vale si es privado. Un fraude de unos pocos en el transporte público encarece el servicio de todos.
Cada vez que salgo fuera de España me hace reafirmar en la necesidad, que carecemos, de tener una mentalidad más republicana (en el sentido de valorar y respetar lo de todos)
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