A lo mejor no podemos alardear decir que tenemos un aeropuerto con un gran tráfico aéreo, pero si hay algo de lo que podemos alardear de tenerla más grande... Me refiero, a la pista de aterrizaje. Según publica Heraldo, durante tres décadas, la Base ha sido pista preferente de aterrizaje de emergencia para los transbordadores espaciales. La próxima operación está programada para el 24 de febrero.
El operativo volverá a repetirse pero, previsiblemente, solo dos veces más, porque la era de los transbordadores llega a su fin. La administración Obama considera innecesario mantener un programa muy costoso económicamente.
Aunque hay tres pistas alternativas de emergencia, que van cambiando, la de Zaragoza ha sido siempre la prioritaria y nunca se ha caído del cartel. «Los americanos construyeron en la Base la pista más larga de Europa, de 4 kilómetros, y por eso es la preferida», detalla Juan Pons, presidente de la Asociación Aragonesa de Amigos de la Aeronáutica y Astronáutica (AAAA). Actualmente, junto a Zaragoza, actúan de pistas alternativas las de Morón e Istres (Francia).
Estas pistas son necesarias por si ocurre algún incidente en los primeros minutos del lanzamiento. Si el transbordador tiene algún problema para atravesar la atmósfera (se queda sin potencia, o sus motores no se desprenden adecuadamente, etc.) deberá aterrizar. Aunque solo hayan pasado unos minutos desde que despegó, está ya sobre Europa, y es necesario establecer un dispositivo sobre el viejo continente.
El fin de una época llegará en breve... pero quien sabe si el siguiente programa aerospacial de la NASA, una vez pasada esta crisis, vuelva a poner a Zaragoza en el mapa aerospacial.
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