Zaragoza, actualmente, es un cúmulo de obras y atascos generados por las mismas. La movilidad por Zaragoza, es un desastre a ciertas horas, que se agrava cuando las obras cortan de forma puntual el paso a los vehículos.
Hace unos días, Sta Isabel sufrió en su único acceso a la ciudad un "MEGA ATASCO" por la puesta en funcionamiento de un nuevo semáforo que tenía los tiempos descompensados... y no hubo ahí nadie que pusiera remedio INMEDIATO al problema, como tampoco apareció, según comentaron los vecinos, la policía para regular el tráfico.
Los autobuses, claro está, se ven envueltos en estas retenciones y acumulan retrasos. Desde el Ayuntamiento, se pide paciencia, pero ésta, se va agotando. El día a día no está preparado para que de forma habitual, por una u otra razón, se llegue tarde al trabajo, por ejemplo.
Están aflorando actitudes de amotinamiento, forzando su entrada en los autobuses de la famosa línea FS, incluso poniendo en peligro sus vidas al ponerse delante de los autobuses y obligarles a parar. El motín va acompañado de una negativa a pagar el billete.
Estas actitudes, aunque comprensibles, no son admisibles. El uso de un servicio público, aunque con retraso, se hace, por lo que el no pagar el billete, bajo mi punto de vista, es simplemente aprovecharse de la situación. Está claro que los atascos han de ser controlados de forma rápida por la policía, para evitar pasar a mayores... Pero el camino por el que va la sociedad aragonesa, no es bueno...
Prima la ley del más fuerte... y eso no es bueno.
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