EPA publica que la intermodalidad en el área metropolitana de Zaragoza está
cada vez más cerca. El consorcio de Transportes del Área de Zaragoza
(CTAZ) va a iniciar una experiencia piloto en la línea
Zaragoza-Villamayor que permitirá a dos ciclistas por viaje subirse a
cada autobús con su bicicleta y anclarla en el interior del vehículo,
para garantizar la seguridad de los viajeros. El proyecto ha superado ya
diversas medidas de homologación y está a la espera de la confirmación
definitiva para su puesta en marcha.
La adaptación de los dos vehículos que de momento ofrecerán estos servicios ha costado alrededor de 9.000 euros, y no restan espacio a las plazas destinadas a coches de bebé o para personas con movilidad reducida. El sistema escogido es novedoso y consiste en unos anclajes que enganchan la bici de forma vertical y, en otro caso, horizontal de forma segura y sin que pueda caerse ante un frenazo brusco. Para su introducción se han tenido que eliminar algunos asientos fijos que han sido reemplazados por sillas plegables tipo transportín. «Hemos partido de cero, ya que no conocemos ningún sistema igual en ningún otro autobús», explica Juan Ortiz, gerente del CTAZ, para quien este sistema «garantiza la seguridad mejor que otros que llevan las bicis en el exterior del vehículo con unos correajes».
Durante
un tiempo se estudiará el comportamiento del plan, ya que la idea es
extenderla a otras líneas en los próximos meses. «Pensamos
principalmente en la línea de Plaza, aunque también en otras cercanas a
polígonos industriales o a localidades que tienen urbanizaciones
dispersas a las que no llega ninguna parada de autobús», explica Ortiz.
Para el gerente, este proyecto «coincide con la filosofía de
intermodalidad y se adapta a las directrices de movilidad que aprobamos
hace unos meses», en las que se buscaba la integración de varios modos
de transporte en el área metropolitana de Zaragoza.
La adaptación de los dos vehículos que de momento ofrecerán estos servicios ha costado alrededor de 9.000 euros, y no restan espacio a las plazas destinadas a coches de bebé o para personas con movilidad reducida. El sistema escogido es novedoso y consiste en unos anclajes que enganchan la bici de forma vertical y, en otro caso, horizontal de forma segura y sin que pueda caerse ante un frenazo brusco. Para su introducción se han tenido que eliminar algunos asientos fijos que han sido reemplazados por sillas plegables tipo transportín. «Hemos partido de cero, ya que no conocemos ningún sistema igual en ningún otro autobús», explica Juan Ortiz, gerente del CTAZ, para quien este sistema «garantiza la seguridad mejor que otros que llevan las bicis en el exterior del vehículo con unos correajes».
La
tarifa del usuario será la misma y el motivo por el que se ha escogido
la línea de Villamayor es por la característica del autobús, la fuerte
demanda y el tipo de usuario que es habitual. Más que el éxito del uso,
que en cualquier caso se estima positivo, al consorcio le interesa
analizar cuál es el comportamiento de los usuarios, su nivel de
integración y aceptación. La presentación de este proyecto será uno de
los puntos fuertes del foro Ciudad de las Bicis que acoge Zaragoza, una
ciudad que con esta experiencia volverá a ser pionera en la movilidad
ciclista.
Lo que hará falta es comprar autobuses más grandes... pues todo este tipo de "pasajeros adicionales" restan espacio al pasajero estándar... que parece que siempre es el que tiene que sufrir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario