El proyecto Compass, que ya fue anunciado por el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón en la presentación del Congreso Europeo de Tranvías celebrado en la capital aragonesa en el mes de mayo, está liderado por CAF y cuenta con la principal financiación del Europe’s Rail, el máximo organismo europeo encargado del desarrollo de sistemas ferroviarios.
A él se han sumado los tranvías de dos ciudades que son referencia europea en la innovación de tranvías: Zaragoza, que ha sido la pionera en iniciar el proyecto, y Oslo, donde continuará su desarrollo.
El primer tranvía equipado con todo el material necesario para esta recogida de datos ha sido presentado hoy en las cocheras de Parque Goya, con presencia de la consejera de Servicios Públicos y Movilidad, Natalia Chueca; la gerente de Los Tranvías de Zaragoza, Ana Moreno; y Eduardo Gálvez, director de Gabinete de CAF.
Asimismo, se trata de dos ciudades con estructuras urbanas muy diferentes, y líneas de tranvía que tienen cada una de ellas sus propias particularidades. El hecho de trabajar codo con codo con ambos medios de transporte, permitirá a CAF perfeccionar sus sistemas teniendo en cuenta las demandas prácticas de los operadores, con el objetivo último de desarrollar un producto que pueda ajustarse a las necesidades de potenciales clientes.
El camino hacia el tranvía autónomo
El proyecto Compass ha tenido como punto de partida el Tranvía de Zaragoza, que durante los primeros meses servirá de banco de pruebas y al que posteriormente se sumará el Tranvía de Oslo. En julio se instalaron en una unidad una serie de sensores que ya están funcionando y han empezado a recabar datos con el fin de desarrollar lo que se conoce como Sistema de Posición Segura.
El primer paso es abandonar progresivamente la dependencia de balizas y otros sistemas en la infraestructura, a menudo caros y complejos de instalar, mantener y operar, y optar por sistemas de posicionamiento recabados exclusivamente de datos obtenidos por los propios vehículos.
Para ello, la unidad inteligente del Tranvía de Zaragoza cuenta con un “setup” de sensores de percepción del entorno entre los que se encuentran tres radares en cada cabina (uno central y dos laterales), dos cámaras (una de largo alcance y un ojo de pez) y un Lidar (dispositivo que permite determinar la distancia desde un emisor láser a un objeto o superficie utilizando un haz láser pulsado).
Estos dispositivos recaban información junto con los que ya cuenta el tranvía, como por ejemplo los sensores de velocidad, para ir alimentando el algoritmo e ir trazando un mapa del entorno. Estos sensores permiten identificar tanto objetos estáticos como en movimiento, así como su velocidad relativa, y todos los datos son procesados a bordo por unidades GMU y enviados “a tierra” a través de un sistema de conexión 4G.
Ahora el proyecto se centra en alimentar el algoritmo con toda la información posible y, el siguiente paso, será poder realizar pruebas en las áreas controladas de Cocheras.
Allí se pretende establecer rutinas que mejoren la seguridad en el movimiento de tranvías, así como aumentar la eficiencia energética con procedimientos inteligentes como, por ejemplo, conectar los equipos de climatización en el momento adecuado, suprimir movimientos innecesarios, etc.
Antes de alcanzar el objetivo de un tranvía 100% autónomo, se van a producir una serie de pasos intermedios. El objetivo principal es desarrollar ayudas a la conducción que permitan al conductor tomar decisiones no sólo derivadas de los elementos que están en su campo de visión (semáforos, otros vehículos, etc.), sino contando con información ampliada sobre el estado del tráfico y los elementos que se va a encontrar en su trayecto, así como las fases semafóricas de todo el recorrido, etc.
El sistema, una vez desarrollado, también permitirá tomar decisiones para establecer prioridades en el trayecto, teniendo en cuenta variables como la velocidad y la eficiencia energética. Todo ello redundará en un sistema mucho más seguro, tanto para el conductor y los viajeros, como para los peatones y el resto de vehículos que ocupan el espacio urbano.
Una propuesta curiosa cuando menos... También parecía imposible tener un autobús autónomo... y ya se están haciendo pruebas. Veremos en qué queda este tema...
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