domingo, octubre 28, 2007

EL BALCON DE SAN LÁZARO

El balcón de San Lázaro está dando más de un quebradero de cabeza al Ayuntamiento y una sensación de satisfacción a la oposición que sigue buscando formas de paralizar las obras para que el Ayuntamiento quede mal ante los visitantes, no dándose cuenta que ellos, también son el Ayuntamiento. El interés de la oposición por estos restos, que han estado ahí tanto tiempo y nadie ha velado por su conservación hasta ahora roza ya la obsesión. Hemos visto como en la misma zona se tiraba la casa del Tío Jorge, aun encontrándose en el casco histórico del Arrabal, que se supone está protegido. Ahí, el interés no debía ser tan grande para permitir el derribo de la casa. También se permitió la destrucción de la zona industrial de la Azucarera, quedando esta como prácticamente el único testigo de este pasado manufacturero en la zona, pero ahí, la oposición (ya no recuerdo si eran los mismos que hoy o no) tampoco dijeron nada.

Y no por ello, se me ha de tachar de insensible con los restos. Soy el primero que quiere que se proteja aquello que tiene interés. Pero ante los cortes de tráfico que tenemos en la zona, hay que actuar con algo más de celeridad. Si hay algún resto que merezca ser preservado, se puede retirar de ese espacio, y puede instalar en otro sitio cercano. Se ha hecho con templos egipcios para la construcción de presas...

Ahora amenazan con cortar el puente de Piedra al paso de peatones. Si es necesario, se tendrá que hacer, pero creo que lo que más enoja a los ciudadanos afectados es ver como los días pasan, y las obras están concentradas en otra zona y no avanzan en esa zona. En todo caso, habría que intentar que el cierre del puente de Piedra, de llevarse a cabo, fuera durante el menor tiempo posible.

El Molino casi ya en el Puente de Hierro (o del Pilar) sigue sin su merecida restauración. No me gusta ser de los que se regocijan en que las obras no estarán listas para la EXPO. Lo que tampoco me parece lícito es que los días pasen sin más, y luego haya que echar a correr por que sino no se llega.

Aprendamos a hacer las cosas bien de una vez y molestar lo menos posible a los vecinos.

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